El miedo escénico es el miedo hablar en público y es una de las últimas cosas que muchas personas (3 de 4 según un reciente estudio de Adecco) harían por voluntad propia. Estas mismas personas en la mayoría de los casos no tienen ningún problema en relacionarse cara a cara o en grupos reducidos, es decir, no son tímidas. A menudo piensan que los oradores expertos no sienten ningún miedo ni nervios antes de hablar en público. Esto no es cierto.
La mayoría de los oradores públicos tienen un grado de ansiedad antes de dar un discurso, lo que se hace es canalizar esa ansiedad y utilizarla a su favor no en su contra. La mente se agudiza cuando estos nervios producen un estado de alerta máxima. La diferencia entre las personas que sienten miedo escénico y oradores experimentados es que éstos nunca permiten que los nervios se conviertan en ansiedad y los paralice. Cualquier persona puede aprender a aprovechar que los nervios funcionen en su beneficio y no en detrimento de sus intereses.
Estás son algunas técnicas que te pueden ayudar a parar la ansiedad y disminuir el miedo escénico.
1. Estar bien preparado y practicar el discurso
Sin lugar a dudas la preparación es la mejor y más eficaz técnica para vencer el miedo escénico. Piensa en lo opuesto a esto. Si no se ha preparado adecuadamente un discurso y no lo has practicado sabes que vas a fracasar y así la ansiedad crece. Hay que comenzar la preparación antes de pronunciar el discurso, dependiendo de lo importante que sea días o semanas antes.. Tener claro el mensaje que quieres transmitir, investigar y preparar bien el cuerpo de la presentación, leer el discurso completo hasta que casi te lo sepas de memoria y practicar y refinar. Refinar la presentación hasta que te sientas seguro. Este proceso que reduce mucho la ansiedad y los nervios.
2. Calentar antes
Esto lo hacen cantantes y artistas de todo tipo y tú no eres diferente. Asegúrate de llegar con tiempo, busca un espacio aislado y lee un texto. Lee el texto en voz alta con diferentes tasas de velocidad y volumen, esto limpiará la garganta y dejará que la voz se esté en su tono natural. Relaja el cuello haciendo algunos ejercicios de estiramiento. Lee el artículo de este blog La respiración diafragmática
3. La respiración profunda
Respira profundamente por la nariz, mantén durante 3 – 4 segundos y exhala lentamente por la boca. Repite el ejercicio cinco veces y luego la respiran por la boca y por la nariz. Al exhalar pensar que está expulsando la presión de su cuerpo. Este es un ejercicio básico de relajación justo antes de empezar, es muy fácil de realizar y muy útil.
4. Inicio potente que enganche a la audiencia
Los primeros minutos del discurso son muy importantes ya que se marca el camino a seguir y también se minimiza la ansiedad si empiezas bien. La apertura tiene que tener tres componentes básicos: el gancho (cualquier mecanismo para captar la atención del público), el propósito y beneficio (en qué va a beneficiar a los asistentes prestarte atención) y la declaración inicial (resumir brevemente lo que vas a decir en el discurso). Un buen comienzo te da mucha confianza y ayuda mucho a centrarte en el discurso y no en tus nervios con lo que éstos casi desaparecen. Lo ideal es que una apertura no dure más de tres minutos. Prepara bien la apertura, si la haces bien tienes mucho ganado y empezar bien siempre ayuda a superar la ansiedad inicial de una presentación.
5. Centrarse en el discurso
Si te centras en lo que vas a decir y no en cómo te ven los demás o piensas que se dan cuenta que estás nervioso o cualquier otro tipo de pensamiento «poco amigo» lo más probable es que tus nervios afloren y se conviertan en ansiedad. Si has preparado bien el discurso y lo has practicado lo suficiente es muy probable que puedas lograr centrarte en el discurso y no en factores externos. Además ten en cuenta que el único que sabe lo que vas a decir eres tú por lo que nadie va a notar si te saltas alguna parte, si desarrollas más o menos alguna parte del discurso o si cambias algo sobre la marcha.
6. Desarrollar una actitud mental positiva
Piensa en ti mismo como un buen orador. No permitas que la duda se apodere de ti y nuble tu pensamiento. Es muy recomendable pensar en positivo y tener una actitud adecuada para el momento. No puedes pensar que todo va a ir mal ya que es probable que así sea. esfuérzate en pensar que todo va a ir sobre ruedas y visualízate dando una conferencia o presentación extraordinaria. Aférrate a esa visión y hazla realidad. Lo que piensas es única y exclusivamente responsabilidad tuya.
Aparte de estos 6 puntos yo recomiendo de manera especial hacer de la meditación un hábito. En este blog hay algunos artículos en los que hablo de lo que es la meditación y los beneficios que trae consigo practicarla de manera habitual. Si meditas con regularidad no sólo vas a lograr hablar en público con solvencia y seguridad, meditar va mucho más allá de eso pero es muy beneficioso para vencer la ansiedad y el miedo escénico.