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guillermo rospigliosi

La comunicación no verbal en la oratoria

La comunicación no verbal se define como la comunicación mediante expresión o lenguaje corporal desprovisto de palabras. El lenguaje no verbal representa más del 80% de la comunicación.

 Existen muchos estudios al respecto pero si hacemos una media podemos decir que un mensaje se transmite

  • Palabras:                                            10%
  •  Tono de voz:                                   35%
  •  Lenguaje corporal:                        55%

La regla de Mehrabian es el más conocido de todos los estudios realizados de este tema. Es la regla del 7-38-55

lenguaje no verbal

El cuerpo es el instrumento más poderoso que tienes para reforzar el discurso. Puede obrar a tu favor o en tu contra, para que el lenguaje verbal y el no verbal transmitan con eficacia han de ser coherentes, es decir, el cuerpo tiene que “decir” lo mismo que la voz

Para ser un buen comunicador debes entender cómo habla tu cuerpo y ser consciente de ello. De esta manera podrás optimizar el mensaje que quieres transmitir. El lenguaje no verbal del inicio del discurso determinará que los oyentes se den cuenta de muchas cosas, al margen de lo que digan tus palabras. Por esta razón cuando hablas frente a un auditorio o haces una presentación la comunicación no verbal es un aspecto a tener muy en cuenta y es mucho más importante de lo que la mayoría de personas creen.

De nada te sirve hacer una preparación impecable, dar una información valiosa o tener el mejor producto si tu cuerpo “dice” cosas contrarias a tus palabras. Cuando esto pasa el público le cree al cuerpo. Esto sucede siempre y sucede a nivel subconsciente. ¿No te ha pasado alguna vez pensar “no sé porqué pero no le creo”? Esto suele pasar cuando el lenguaje no verbal es incoherente con lo que se dice, cuando las palabras dicen una cosa y el cuerpo otra.

lenguaje no vervbal
  • Si María te dijera “estoy deprimida” ¿le creerías?
  •  Seguramente no porque su cuerpo dice otra cosa.
  •  Siempre se cree al cuerpo
oratoria
  •  Si Juan te dijera “estoy feliz” ¿le creerías?
  •  Es de vital importancia que el cuerpo y las palabras transmitan el mismo mensaje

Imagínate un orador que al empezar su discurso se acerca a la plataforma mostrando una cara de quien va a ser ejecutado. Al llegar deja un montón de papeles en el atril y suspira de una forma que lo oye toda la sala. Se ajusta la corbata, aclara la garganta y con una mirada perdida al fondo de la sala dice: “Buenos días, es un placer estar hoy aquí…”

¿Le creerías?   Seguramente no. Siempre se cree lo que dice el cuerpo ya que transmite más del 90% de la información

La comunicación no verbal en la oratoria

Cuando estás frente a un auditorio el público tiende a reflejar tus actitudes, es decir, inconscientemente sienten lo que tú sientes y actúan en consecuencia. Por eso es de vital importancia que tu cuerpo refleje con exactitud tus verdaderos sentimientos, porque además de comunicar con eficacia el público notará que eres sincero.

Si muestras relajación y seguridad, el público estará relajado, si sonríes te sonreirán. Si se convencen de que eres una persona sincera y digna de confianza, prestarán atención a lo que dices y te creerán. Lógicamente también puede ocurrir lo contrario si estás intranquilo el público también lo estará, si frunces el ceño (aunque sea de manera inconsciente) el público probablemente hará lo mismo.

Si tus mensajes están bien reforzados por un buen lenguaje no verbal decidido, sincero y efectivo las probabilidades de que tengas éxito crecen exponencialmente. La mejor manera de crear empatía desde el principio es que la percepción que tenga el público respecto de ti, sea que eres honesto, te has preparado la ponencia y que de verdad te preocupas por darles una información útil. Para lograrlo aparte de estructurar tu discurso como ya lo hemos explicado en Las partes del discurso y prepararlo a conciencia, el lenguaje no verbal es un aliado poderosísimo… o tu peor enemigo.

 Cuatro normas básicas de lenguaje no verbal en una presentación

  1. Elimina cualquier movimiento que distraiga.

Si tu cuerpo y tus palabras transmiten el mismo mensaje aumentarás el efecto del discurso, sin duda. Pero si no lo hacen los movimientos que hagas distraerán la atención del público. La audiencia estará más pendiente de los movimientos que no casan con lo que dices y no prestarán atención a tus palabras.

 Algunos ejemplos de movimientos que debes evitar

  •  Mecerte
  • Balancearte
  •  Agarrar o inclinarte sobre el atril
  •  Tamborilear con los dedos
  • Morderte o lamerte los labios
  • Tintinear monedas en los bolsillos
  • Fruncir el ceño
  • Mover la cabeza y los ojos de manera constante como un ventilador

2. Ser natural y espontáneo

Para ser la mejor versión de ti mismo has de ser natural y espontáneo. No actúes ya que le público lo notará. El estilo que tiene mejor aceptación en el público es un discurso como si le estuvieras hablando a cada uno de ellos, con un estilo informal. Estilo informal no significa no ser serio ni poco profesional, todo lo contrario. Las cosas más serias y profesionales se pueden decir de manera natural y empática, así además calan más en quien las oye.

El estilo grandilocuente pertenece a otras épocas. Los sermones están pasados de moda. Hoy lo que se espera es que compartas información de una manera lógica y ordenada con palabras sencillas. Si tu cuerpo acompaña serás un orador de éxito y tus presentaciones serán muy apreciadas.

3. Deja que tu cuerpo exprese emociones

Nuevamente volvemos a lo mismo: se tú mismo, no actúes nunca. Esta es una regla de oro e inquebrantable. Si realmente crees en lo que vas a decir, te lo has preparado bien y quieres compartir la información con el público, deja que tus movimientos corporales salgan de dentro. No pienses en ellos simplemente deja que fluyan

¿Qué sentimientos crees que reflejará tu cuerpo si estás a gusto? Relajación, tranquilidad, sinceridad e interés por tu público. Si reflejas estos sentimientos tienes garantizada la empatía con el público y en este caso el lenguaje no verbal te va a ayudar mucho a transmitir tu mensaje.

4. Fortalece tu seguridad con la preparación

La preparación es la base del éxito de cualquier presentación en público aparte de que no hacerlo es una falta de respeto a la audiencia. Cuanto mejor preparado estés y mayor conocimiento tengas del tema que vas a hablar, mayor posibilidad de lograr tus objetivos tendrás, sean cuales sean estos objetivos (que por cierto, los tienes que tener definidos con antelación).

Si todo esto además lo apuntalas con una comunicación no verbal correcta, tu éxito está casi agrantizado ya que tu lenguaje corporal será coherente con tus palabras. Casi sin esfuerzo proyectarás los tres pilares de una actuación pública de éxito: sinceridad, seriedad y entusiasmo

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